Las consecuencias de la tormenta del miércoles todavía estaban patentes ayer en los túneles de las calles Mendoza y Córdoba. Desde la mañana, y con el agua hasta las rodillas, los trabajadores del Servicio Provincial de Agua Potable y Saneamiento (Sepapys) trabajaron durante todo el día con la intención de habilitar la circulación vehicular, extrayendo el agua con bombas. Entre la Policía y personal de Tránsito de la Municipalidad se organizaron en turnos para cortar el paso vehicular y prevenir incidentes.
Cada uno de esos pasos subterráneos presenta un problema diferente. “En el de la Mendoza se produjeron ciertos inconvenientes en el tablero de comando. Al parecer, alguien externo a nosotros cortó unos cables que alimentan las bombas de achique”, explicó Adrián Ruiz, interventor del Sepapys.
En cambio, en el túnel de la Córdoba hubo un problema eléctrico interno que anuló las dos bombas. “Estamos tratando de hacer el achique hasta que podamos bajar, destrancar y ya habitar los puentes”, detalló Ruiz.
Complicación técnica
La causa de la inundación en el túnel de la calle Córdoba remite a una complicación técnica en la casilla donde está el tablero de comando, una estructura de aproximadamente un metro de alto y con infinidad de cables superpuestos.
“El tablero de los túneles está programado para que, si se corta la luz o falta una fase, arranque el grupo electrógeno. Las bombas están automatizadas, cuando el nivel de agua pasa los 10 centímetros se activan”, añade Víctor Lescano, del departamento de Operaciones del Sepapys. Recién cuando el túnel se desagote se podrá ver cuál fue realmente el problema que impidió que las bombas funcionaran como corresponde.
Al preguntarle a Lescano sobre la cantidad de agua que había en el túnel señaló la altura de sus rodillas. “La cantidad no es mucha, en este momento sólo tiene 20 centímetros, pero necesitamos achicarlo para poder hacer la limpieza y destrancar”, explicó.
Al comienzo, el desagote del túnel de la Córdoba se orientó hacia el espacio verde aledaño, pero luego la salida fue redireccionada hacia la rejilla del túnel. Cuando se terminó con la instalación, los trabajadores ataron el caño con un alambre para que la presión del agua no lo moviera. Informaron que en ambos casos el agua se envía a los colectores de desagües que corren por la calle San Luis.
Fuera de los túneles, los automovilistas circulaban nerviosos y más de uno profería insultos, molestos porque debían desviarse y no podían usarlos. Es que, la que fue promocionada como la gran obra del Bicentenario para la ciudad, nunca estuvo exenta de problemas con el agua. Además, nunca se concretó la prometida parquización de los alrededores.
Peatones
Para quienes buscaban acortar camino por los puentes peatonales la situación tampoco era la mejor. La salida del puente de calle Mendoza estaba bloqueada por un charco de agua, mientras que el de la Córdoba funcionaba con normalidad, así que en muchos casos los transeúntes se veían obligados a caminar una cuadra más.
Susto en un hospital y en dos policlínicos
La intensa lluvia que comenzó el miércoles y terminó ayer provocó anegamientos prácticamente en toda la capital, aunque los barrios del sur, como el Alejandro Heredia, fueron los más afectados. En la zona céntrica cayeron 12 árboles de mediano porte y uno bastante mayor en la zona de la plaza Urquiza. También fue derrumbado un poste de luz, lo que dejó en la oscuridad varias casas de barrio Norte, informó Enrique Romero, director operativo de Tránsito y Transporte de la Municipalidad.
La policlínica de Villa Angelina y el Hospital de Niños fueron dos centros asistenciales que sufrieron problemas a causa de las tormentas. En el primero se desplomó un cielorraso y en el segundo se acumularon 10 centímetros de agua, principalmente en el sector que había sido ampliado e inaugurado hace aproximadamente ocho años. Algo similar ocurrió en el policlínico de San Cayetano, donde se inundó una de las áreas que habían sido refaccionadas y reinauguradas hace pocos meses.
Las autoridades sanitarias afirmaron, no obstante, que estas situaciones no resintieron la normal atención. “Las cosas que hay que hacer para prevenir se han hecho. Todo lo que podamos prevenir lo vamos a hacer. Que se caiga un techo o que entre agua, algunas veces, es inevitable”, afirmó ayer durante una ronda de prensa Rossana Chahla, ministra de Salud provincial.
El muerto que no fue
La Policía tuvo que salir a aclarar que el temporal no dejó ninguna víctima fatal, algo que se había dicho tras los primeros relevamientos que hicieron las autoridades.
Durante la mañana de ayer había trascendido que un hombre había muerto electrocutado cuando se encontraba en el techo de una vivienda ubicada en avenida Democracia al 200. Sin embargo, oficiales de la comisaría 4ª desmintieron esa versión.
Los efectivos informaron que el miércoles por la noche, minutos antes de las 23, recibieron un llamado que alertaba sobre el fallecimiento de un vecino en el barrio Alejandro Heredia. Los uniformados se dirigieron al lugar pero por el temporal y la falta de luz se les hizo casi imposible ingresar en la casa donde se habría producido la supuesta tragedia, en la manzana 12, lote 9.
Cuando al fin los policías llegaron a la propiedad, se encontraron con que se trataba de una denuncia falsa. Un hombre de 39 años los atendió y les dijo que se encontraba junto a su mujer y a sus dos hijos, ambos menores de edad. “Nos aseguraron que en esa vivienda no había ninguna persona fallecida y que ellos no habían realizado la denuncia”, informaron.